Los Fondistas: ¿Tiene relación el Memorial Valenciaga y la música?

sábado, 5 de abril de 2014

¿Tiene relación el Memorial Valenciaga y la música?



Es difícil, definir y resumir en un folio, las sensaciones que uno siente, del poder presenciar “un Valenciaga”, esa sensación placentera, tranquila y alegre que produce esta “joya” que cumple este año su  43ª edición.

Cuando en el año 94 presencie mi primer Valenciaga, sentí algo muy parecido, al de poder escuchar a la Orquesta Filarmónica de Viena es su concierto del 1 de enero, en la fantástica Sala Dorada de la Musikverein de Viena, esa misma sensación la mantengo después de 20 años trascurridos.

En el Valenciaga, se está en el detalle; se está en la perfección, y eso se nota. Una dirección y organización minuciosa y extraordinaria, (por cierto que el pasado año paso a dirigir estar magnifica Filarmónica el joven Enekoitz Lazarobaster cogiendo la batuta de otros “genios” como José Antonio Larrea y José Aranberri), nada queda al azar ante un protocolo muy exigente, un marco ideal e incomparable por el que transcurre la prueba, los mejores “profesores” del estado en la línea de salida, y un recital espectacular de 164 Kms y mas de 4 horas de duración.

 A primeras horas del alba, los “profesores” ponen a punto sus instrumentos en ese “batiburrillo-multicolor” en los aledaños de la Plaza de Untzaga, en los palcos vemos a ilustres  “maestr@s” como: Pradera, Horrillo, Astarloa, Echávarri, Etxekopar, Matxin, Atxa, Mujica, Jaimerena, Saiz, Urraburu, Gaston, Unzue, Arritxu, etc, etc.

Cada cual ocupa su lugar en el escenario y entre bastidores: el Director, los profesores, los bailarines, los técnicos, los auxiliares, los medios de comunicación y el  público entendido y sabio, Con el sonido de las trompetas, los timbales, los tambores y platillos…..se da la salida, para así dar comienzo a las imágenes de lo que es la perfección: el ballet en movimiento, el elegante baile de ritmo lento o la danza de rápidos balanceos, el recital sublime de los “suaves valses y minués” camino de los altos de Itziar y Meagas en la que ya algunos “profesores” intentan su protagonismo, se percibe el sosiego, se escucha, se nota el placer de una gran obra.

Subiendo el mítico alto de Elgueta  empezamos a escuchar el sonido del solista de la cítara, del celebre “Cuentos de los bosques de Viena”  de Johann Strauss, a la vez que vemos el ballet elegante y acompasado como ganar ese monumento al ciclismo, que es el arco de la cima de Elgueta.

 Nos adelantamos en el descenso hacia Elorrio y suena la 1ª marcha “Agyptischer Marsch”,de Joseph Strauss Jr, la cual nos anuncia quienes ya perdieron el Valenciaga y los que estarán al final del Concierto en Eibar entre los solistas mejores.

Paso por el Alto de Areitio, toda la Orquesta se
presta a lo que va a ser el comienzo real de esta mañana mágica, el autentico recital de los valses y polkas…..en fila de a uno, camino de Eibar.

Eibar esta colapsada, es una fiesta y comienzan las rampas del  “techo de la prueba”, el alto de Ixua y con el los acordes de una de las grandes “El Danubio azul” de Johann Strauss Jr, los mejores solistas, solo los virtuosos, los escogidos van interpretando un espectáculo realmente sutil y maravilloso, para deleite del multitudinario publico que lo presencia en toda su extensión.

En el largo y difícil descenso hacia Etxeberria, escuchar y ver de nuevo la danza de los rápidos y acompasados balanceos así como el sonido del triangulo, el violín y el arpa, mezclados con el  leve zumbido de las monturas y el agudo chirriar de sus frenos.

Por último, queda la ultima dificultad: el verde y frondoso alto de San Miguel, se aproxima el gran final, aquí escucharemos la inefable y mundialmente conocida polka que creo Joseph Strauss antes de morir “ Ohne Sorgen” (sin angustias) conocida en el ciclismo como su música de ambiente y el himno “oficial del Ciclismo”, fantástica en su contenido, fantástica en su interpretación.

De la cima a meta, un suspiro, unos pocos minutos descenso rapidísimo, con la respiración contenida llegamos a  Elgoibar,....faltan tan solo 8 kms y queda la apoteosis, la locura, la gloria…por fin escuchamos ¡¡¡la mas esperada, la mas deseada….la “Marcha de Radetzky” !!!. La que interpretan solo los grandes virtuosos, los divos, los elegidos, los campeones, la que acompañan con las palmas una multitud apiñada, generosa y entregada, hasta la Escuela de Armeria  donde esta situada la  Meta.

Con el saludo de los virtuosos, con la entrega de las flores y con la ovación mantenida del público en pie, y sus solicitados bis, finaliza un Concierto majestuoso de una forma soberbia y mágica.

Es claro y evidente la relación que tiene la música de los grandes, con el Memorial Valenciaga.

Paco Ruiz
Speaker y Comentarista Deportivo

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